Llegare, entre plumas y cuchillos, dormiré, pensare. Sumiso de dios, clamare, un porque, un son. Mirare, mas a las alturas, y surcare en cuantas rutas tropiece, sin nada mas que la agonía, alegoría de muerte y desesperanza, bailare, una estrella, un sol.
Palabra, la cual se fue cuando el aliento enmudeció. Palabra puta y mas perra, estela de enredaderas en la mente, cruzan, verdes y blancos tallos hasta mi. Y de ahí la navaja, la grieta, el abdomen prieto de tanto saciar, del temor de perder. Perder al fin, cuando llega el avión …
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