Comencemos pues dijo el verdugo, prisionero de oscuridad perpleja asomo al llanto, próxima ella deleitaba el encuentro, que en cautividad permanecía. En un eco su presencia se esconde, lunas de eclipse persiguen al sol, ¿Qué soy?, ¿Y por qué así?, ¿Qué hacer en las nieblas del cronos?, gobernar pseudónimos y reunir la locura. Espacio recurrente, creado específicamente para la nada absoluta.
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