11 dic 2008

ciclo uno

La maquina producía ruidos de los mas próximos a mi ingenuidad, rogar era en vano, aquel sonar me burlaba con gestos poco amables; así impuse mis lecciones temporales y logre aplicar la astucia adecuada. Sin venir al pensar me recuerdo que el teclear de mis ancianas manos es repulsivamente grotesco y insoportable, mientras dejo que estas palabras se dibujen en algún parámetro no interpretado por la vista.

Vamos a plantear los modos de diferentes términos.

Usted desarma lentamente los mantos e involucra a la naturaleza, sin ella saber un mínimo. Forma parte, una idea de las tantas que poseo. Nadie osa impedirlo, también contesto al “por que “de tal impedimento. Soy plutonio; me encierran, mi energía esta parcialmente evacuada, ¿tendré densidad?, ¿Qué es tendré? Mi ser queda atónito, ni vientos de planetoide molestarían, ¿Qué es eso?, veo desierto, lo áspero embarra los laureles. Hora de misa. No se rezar. Ni que habita en esas creencias, aunque soy consciente de mi persecución. Observo puntos, juegan a mutan en espirales inversas y permanecen tras cegueras permanentes; se pierden, descolocados en algún lugar.

También soy asechado por una cazadora; algo inusual en parte, solo el hecho lo representa. La contemplo distraído mientras que su mirada consigue transportarme al Cronos. Deduje que un infinito tratase ser; mi capacidad de crear me desata mas aun; no molesta. Pájaros. Pequeñas partículas de vida, elevan la perfección. Conformando los horizontes: no tengo alas, ¿Quién se asoma tras el retrato? Este latir padece sereno.

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